Convenio de Albufeira

Las características físicas e hidrográficas de la Península Ibérica determinan que España y Portugal compartan una buena parte de sus recursos hídricos, en concreto los de las cuencas de los ríos Miño, Limia, Duero, Tajo y Guadiana.

Estas cinco cuencas hidrográficas compartidas representan un 64% del territorio continental de Portugal y un 42% de la superficie española. Además, estos ríos constituyen una parte importante de la frontera entre los dos países, discurriendo por un total de 400 km fronterizos.

Se articulan las relaciones hispano-portuguesas en el ámbito del agua a través del "Convenio sobre Cooperación para la Protección y el Aprovechamiento Sostenible de las aguas de las Cuencas Hidrográficas Hispano-Portuguesas", firmado en la Cumbre de Albufeira el 30 de noviembre de 1998, que se ajusta al Convenio del Agua de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE) e incorpora el cumplimiento de las disposiciones de la Unión Europea en materia de política de aguas, reforzando la cooperación entre ambos Estados.

La protección medioambiental de las masas de agua y de los ecosistemas, así como la gestión sostenible de los recursos hídricos compartidos se han convertido en el objetivo fundamental, de acuerdo con la Directiva Marco del Agua de la UE de 2000, cuyas disposiciones se aplican a ambos países.

De manera sintética, las prioridades en la aplicación del convenio son las siguientes:

  • Planificación hidrológica en las cuencas Internacionales.
  • Gestión del agua: régimen de caudales.
  • Prevención y gestión coordinada de los fenómenos hidrometeorológicos extremos.
  • Gobernanza y participación pública.

El Convenio establece la Conferencia de las Partes y la Comisión para la Aplicación y el Desarrollo del Convenio (CADC) como órganos de cooperación para alcanzar sus objetivos. Además de las sesiones plenarias, la CADC trabaja a través de grupos de trabajo temáticos de carácter técnico, formados por expertos de ambos países.